martes, 26 de octubre de 2010

El paraiso

Con este tercer tomo, Dante concluye su obra monumental, poema sacro que refleja todo el saber de su tiempo así como las creencias medievales del mundo espiritual. El Paraíso hubo de ser compuesto en los últimos años de la vida del poeta. La fecha tentativa más tardía es la de 1321, año en que muere Dante, pero posiblemente sea anterior.
En el Paraíso, el personaje de Dante se despide del poeta Virgilio, quien ha sido su guía a lo largo del Infierno y el Purgatorio. Virgilio, hombre pagano si bien virtuoso, no puede acceder al Paraíso. Por ello, la nueva guía de Dante será su amada Beatrice (Beatriz). Este reencuentro con su amada ha sido lo que desde un principio mueve al poeta a atravesar el infierno y el purgatorio. Así como Virgilio representaba la sabiduría y la poesía, Beatrice simboliza la teología.
El Paraíso está, al igual que el Infierno y el Purgatorio, representado en una serie de círculos. Cada círculo es un cielo, la órbita de un planeta, según el saber de la época, y en lo más alto se halla la Ciudad de Dios, con el Creador en toda su gloria. El Paraíso tiene la forma de una rosa, y las almas ocupan un pétalo. En cada cielo se hallan los santos que se han destacado por una determinada virtud. A medida que avanzan, Beatrice va explicando a Dante el significado de cada virtud. Al igual que sucediera con el Infierno y el Purgatorio, Dante coloca en el Paraíso a ciertos personajes famosos, como por ejemplo Santo Tomás de Aquino, San Pedro o la Virgen María.
El final del poema, en el Canto XXXIII, muestra a Dante en la contemplación de Dios en el centro de su Ciudad sagrada. La vista le resulta sobrecogedora, se desmaya y despierta. Dante llamó Comedia a su obra, debido al final feliz con el cual el poema se cierra, el triunfo de los ángeles y los bienaventurados.


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